Nº 18. Ascensión al Pico Aragón (desde La Sarra –Sallent- pasando por el embalse de Respomuso)

El objetivo inicial era la subida al Gran Facha, pero por motivos que se relatan más adelante nos tuvimos que conformar con alcanzar el Pene d’Aragon (Pico de Aragón).
Ya hubo un primer intento de ascender el Gran Facha años atrás, por una vía harto más comprometida (desde los ibones de Pecico), pero nieve en abundancia como pocas veces habían visto en esas fechas los más viejos del lugar, dio al traste con el intento.
Aquella primera vez  tuvo un final poco airoso, porque los más aguerridos apenas pudieron llegar al Collado de Mercadau, mientras que la flojera del resto les hizo refugiarse amedrentados en las orillas del ibón. Invocaron en su defensa la dificultad del recorrido, cosa lógica, por otra parte, tratándose de los Pirineos.

Pues bien, con antecedentes tan poco halagüeños retomaron de nuevo el reto aprovechando el puente del Corpus. En lugar de partir de Panticosa optamos por salir de La Sarra.
Llegamos a Sallent de Gállego el jueves 22 por la tarde tras comer por el camino al estilo camionero, es decir, bien, abundante, a buen precio y con el ánimo rejuvenecido gracias a las simpáticas palabras de una diligente camarera que nos recibió con alentador: ¿qué queréis chicos?

En Sallent nos instalamos en el Hostal Mediodía, una posada sencilla pero bien resuelta regentada por Silvia, persona amable y diligente.
Después de una cena reparadora y de calidad en Casa Martón, y tras confirmar que era posible adquirir pan antes de las 8,30 de la mañana a través del obrador, quedaron para reunirse frente a la panadería del pueblo a las 8 de la mañana del día siguiente.

Aseados y compuestos, con todos los pertrechos a disposición, se inició la marcha el viernes 23 a las 8,30 de la mañana desde el aparcamiento de La Sarra.
La primera parte del recorrido, que sigue el cauce natural del Río Aguas limpias, es espléndida. Se atraviesan praderas, como la del Llano de las Tornadizas; oscuras arboledas, como el Bosque de las Hayas; profundos despeñaderos, como el Paso del Oso, hasta llegar al Llano Cheto, especie de pequeño circo en el que se incorporan al Aguas Limpias las torre4nteras que descienden impetuosas desde los ibones de Arrieles.
Poco antes de este punto el grupo se dividió. Marcharon por delante los dos más aguerridos, no sin antes haber recibido la suficiente información sobre el buen uso del GPS que habrían de llevar consigo hasta la cima con dos objetivos: para fijar el recorrido y para dejar constancia de que se había conseguido el objetivo. Así, a base de MARK y ENTER continuaron dos en pos de su hazaña mientras los otros tres se disponían a disfrutar, sin prisas, de un más tranquilo recorrido.

Tras pasar los barrancos de Arrieles, el camino se eleva con saña en la terrible Cuesta del Chorizo. El desnivel empieza a ser más que incomodo y escasea la vegetación; no queda otra opción que mentalizarse recurriendo a una frase mágica, frecuentemente empleada por el grupo cuando alguno se queja de la dureza del camino: A la montaña se viene a sufrir, que recitada  cual mantra les permite alcanzar lo alto de la presa que contiene las aguas del Respomuso (2100m), aunque han de hacerlo por los escalones de la obra, para poder adelantar a vacada que va dejando sembrado el camino de minas antipersona.

Llegados al circo, el panorama es sobrecogedor: picos y más picos que lo circundan, mientras refulge el sol en las aguas del lago. Las praderas sembradas de rododendros, gencianas y siemprevivas tapizan sus orillas en un espectáculo único.
Abrumados por el paisaje, los dos protagonistas continúan humildemente el camino que bordea por la izquierda el embalse, pasan cerca del Refugio y sobrepasan el barranco que baja del Balaitús, la cumbre máxima del circo con sus 3150m. Algo más adelante paran para tomar algún alimento y recuperar fueras. Tras breve reposo, continúan su andadura por una senda rompe piernas, con continuas subidas y bajadas, hasta llegar a Campo Plano a 2150m, donde otro embalse con el mismo nombre les recibe con sus transparentes aguas.

Un error sin mayor transcendencia les hace desviarse unos metros de la ruta precisa, y en lugar de atravesar el río por una pequeña presa, al pie de un refugio de vaqueros, lo hacen río arriba tras encontrar las piedras apropiadas para sortearlo sin mojarse. Retomado el camino de nuevo suben paso a paso por el barranco de La Facha, atronador por la cantidad de agua que transporta. Por delante ya se divisan algún que otro nevero por el que descienden unos montañeros con alguna dificultad; la pendiente es importante, algunos bajan con crampones.

Pasan junto a los ibones de La Facha y poco antes de alcanzar el collado empiezan a notar los efectos del esfuerzo realizado: desde La Sarra han ascendido casi 1200m y quedarán otros 400 hasta la cima; las dudas empiezan a hacer mella en su ánimo. Llegan al collado a las 13,45 h. y la subida hasta el pico puede suponer al menos hora y media más. Por si no fuera suficiente, la cresta que asciende a la cima presenta un aspecto poco tranquilizador: roca decompuesta y pendiente casi vertical, un paso de II…(En una palabra al personal que se iba a comer el mundo cuando inició la marcha le entró el acojone y se lo pensaron mejor, habrá que dejar – otra vez – la subida al Gran Facha para mejor ocasión).

Tras breve deliberación, con la decepción marcada en el rostro, optan por desistir. Como decía un antiguo compañero de fatigas montañeras, una renuncia a tiempo es una victoria.
Con las dudas sobre que hacer, si comer ya o bajar hacia Campo Plano, alzan la vista y contemplan a su izquierda un pico de menores dimensiones y más fácil acceso, se trata de la Punta de Aragón (2917m), aunque en ese momento y seguramente por efecto del agotamiento creyeron que habían subido al Pequeño Facha. Ya en Madrid al descargar el GPS en el ordenador comprobaron el error.
Paso a paso, bastante agotados, alcanzan la cumbre de la Punta de Aragón a la que llegan a las 14,30 h. el paisaje recompensa con creces el esfuerzo realizado: Vignemale, Gran Facha, Balaitús, Infiernos, Piedrafita, Frondellas y muchos más. Cimas totémicas, algunas ya conseguidas en tiempos pretéritos. El  honor estaba, en parte, salvado.

Comida en la cima, pequeña siesta reparadora de apenas 20 minutos- la siesta siempre es sagrada, se esté donde se esté, y a las 16h regreso al collado. Una vez en el refugio de los pastores, se baja bordeando esta vez el lago de Respomuso por la izquierda siguiendo la GR11 que viene de Bujaruelo.

De vuelta por la Cuesta del Chorizo bebiendo agua en cada arroyo que atraviesa el camino. Cansados alcanzan las sombras benéficas de las primeras hayas y ya sin pausa y a buena marcha llegan hasta La Sarra sobre las 20,30 h. Han transcurrido 12 horas, la mitad de un día. El honor está a salvo.

Los otro tres se habían propuesto un objetivo más modesto: llegar a Campo Plano. Lo consiguieron y se dieron por satisfechos. Cuando los que fracasaron en el Gran Facha llegaron a Sallent los “otros” ya se habían duchado, cambiado de ropa y estaban disfrutando de unas cervecitas en  una terraza.

La ruta recogida en el GPS precisa de alguna aclaración que incorporaré junto al correspondiente plano. Se puede haber deslizado algún error por lo que pido disculpas por anticipado, no obstante diré, que en todo caso serán poco importantes, lo fundamental, es decir, lo aportado por el GPS, responde a lo que se encontrará en el terreno el que utilice esta información.


* El recorrido, de unos 5,6 km, que va desde el embalse de La Sarra en dirección al Respomuso no está recogido, durante la marcha, por el GPS, está pintado sobre el plano y aparece de color amarillo. La ruta, en rojo, es la que corresponde a lo memorizado en el GPS. Por lo tanto para saber la longitud recorrida total hay que sumar a los 16.2 k. del GPS los 11.2 k. correspondientes a la ida y vuelta del camino dibujado sobre el plano, lo que hace un total de 27.4 Km.




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